Ya que pasamos la época de fiestas, recuerdo una escena que se repitió varias veces en los centros comerciales que viste tachando la lista de regalos para mi familia. En esta escena niños y jóvenes se acercan a las vitrinas junto a sus padres y repiten una y otra vez “yo quiero esto…”. Cómo mamá recordé que antes de dedicar mi vida al estudio y práctica de la programación neurolingüística, responder esta pregunta era muy difícil, porque cuando uno decide ser papá no tiene un manual que nos indique si está bien o no dar todo lo que ellos piden, venían a mi cabeza preguntas como, ¿Lo volveré caprichoso? ¿Sentirá que somos pobres? ¿Se lo merece? ¿Se lo compro después?.
Me puse en la tarea de buscar las respuestas que más le damos los padres a nuestros hijos y cuál serían las más adecuada. En mi búsqueda encontré que las respuestas que damos en esos momentos eran más importantes de lo que yo creía, pues al repetirlas generamos en ellos programaciones a nivel inconsciente que no sólo afectan como se relacionan con el dinero, sino también como enfrentarán situaciones que exijan esfuerzo personal.
Las cuatro respuestas más comunes que los padres damos son:
1. ¡No hay Plata!: Esta respuesta genera en los niños una inclinación a tener poco dinero y estados financieros precarios. Así empezará a tener pensamientos de pobreza, a sentirse muy limitado y a proyectarse como una persona sin dinero.
2. ¿Se lo merece?: Una de las respuestas que encontré como la más peligrosa, pues recuerda y refuerza errores, dando a entender que todas las cosas debe hacerlas perfectas para merecer algo. Afectando su autoestima y su creencia de merecer cosas buenas; dando como resultado una persona con tendencia a ocupar posiciones de bajo perfil, conformándose con poco y con bajo sentido del logro.
Hay que tener en cuenta además que todas estas respuestas van acompañadas de un tono de voz y una postura corporal, que apoyan la intensión del mensaje, generando recordación, algo que conocemos como un ancla.
Entonces, ¿Qué se debe responder?, lo ideal es que en ese momento, junto a su hijo se realicen las siguientes tres preguntas:
Si por el contrario las respuestas a las preguntas anteriores fueron positivas, quiere decir que realmente si se quiere y requiere la compra. Ahora, si en el momento no se puede realizar, motívelo para que juntos reali
Realizar estas tres preguntas y por ende ahorrar con propósito formará una programación, que a diferencia de las otras cuatro respuestas, motivará el trabajo por objetivos propuestos. Educando una persona perseverante, paciente, disciplinada y con alta conciencia del valor y responsabilidad sobre el dinero. Una persona exitosa.
Así que, cada cosa que como padres decimos tiene un impacto sobre el bienestar de nuestros hijos. Somos responsables de nuestras palabras y respuestas. En Serás libre te apoyamos, si quieres hacer un plan de acción con tus hijos haz click en el siguiente link y conoce como ahorrar con PNL. Conoce Alcancía el Placer de Ahorrar